PLAZAS SABIAS

Espacio urbano público, amplio y descubiertO
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D múltiples formas y tamaños, y construidas en todas las épocas

lOS SÍMBOLOS DEL PODER

Lugares de encuentro: Una plaza es una escusa para el contacto, el encuentro cultural y armónico entre seres pensantes, sirve para relacionarse. Plaza del ayuntamiento, plaza de la iglesia, plaza del pueblo o la plaza del palacio.

En el lenguaje castrense "plaza" equivale a "ciudad" y está en muchas expresiones convencionales como (sentar plaza, mando en plaza, plaza fuerte...)

Ahora bien, ¿por que las plazas de fe son abandonadas, tan falta de colorido o peor aun, tan cargadas de violencia insustancial? Teníamos plazas aunque se vean ahora en blanco y negro, teníamos plazas llenas de sabios, ahora solo hay necios hablando del ayer, no hay nadie que entienda que la felicidad se encuentra en el mañana ¿o es que no esperamos ya la resurrección de vivos y muertos? Hace falta agua y colores a nuestra plaza católica, hace falta llamar la atención y gritar nuevamente en las plazas...

Como iglesia hemos visto, Chozas, tribus, círculos hasta de oración, mercado, fuentes, monumentos, patios y atrios, de la ciudad clásica al campamento romano y hasta la ciudad prohibida con Javier... ¿porque entonces no sabemos hablar con marginales y marginados? ¡De haber hablado en palacios! ¿no podemos hablar en ayuntamientos? ¿Que pasa Sión? ¿A que le temes? ¡a que...! Hay plazas del tiempo hijos de la luz, donde una voz "clama por las calles, en las plazas hace oír su voz; llama en las esquinas más concurridas, a la entrada de las puertas de la ciudad, dice sus palabras: "¿Hasta cuándo, incautos, amarán la ingenuidad? ¿Hasta cuándo los insolentes se complacerán en su insolencia y los necios aborrecerán la ciencia? Tengan en cuenta mi reproche: yo voy a abrirles mi corazón y les haré conocer mis palabras" (Porverbios 1, 20-23)

Plazas del tiempo

Plazas del tiempo donde se escucha un místico grito: "¡Escuchen, cielos! ¡Presta oído, tierra! porque habla el Señor: Yo crié hijos y los hice crecer, pero ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su amo y el asno a su patrón, el pesebre de su dueño; ¡pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento!" (Isaias 1, 2-3)

Somos los centinelas repetidores de esta voz divina: "Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios! Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha cumplido, que su culpa está pagada, que ha recibido de la mano del Señor doble castigo por todos sus pecados" (Isaias 40, 1-2)

"Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!" (Isaias 40, 9) vuelve pronto a juzgar a vivos y a muertos...

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Ellos esperan...

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