Peregrinos del Absoluto - Templarios de Dios

This is default featured slide 1 title

Go to Blogger edit html and find these sentences.Now replace these sentences with your own descriptions.

This is default featured slide 2 title

Go to Blogger edit html and find these sentences.Now replace these sentences with your own descriptions.

This is default featured slide 3 title

Go to Blogger edit html and find these sentences.Now replace these sentences with your own descriptions.

This is default featured slide 4 title

Go to Blogger edit html and find these sentences.Now replace these sentences with your own descriptions.

This is default featured slide 5 title

Go to Blogger edit html and find these sentences.Now replace these sentences with your own descriptions.

jueves, 14 de enero de 2010

LA BATALLA DE LEPANTO

«la más alta ocasión que vieron los siglos»



La batalla de Lepanto, «la más alta ocasión que vieron los siglos», fue un combate naval de capital importancia que tuvo lugar el 7 de octubre de 1571 en el golfo de Lepanto, frente a la ciudad de Naupacto (mal llamada Lepanto), situado entre el Peloponeso y Epiro, en la Grecia continental.
Se enfrentaron en ella los
turcos otomanos contra una coalición cristiana, llamada Liga Santa, formada por España, Venecia, Génova y la Santa Sede. Los cristianos resultaron vencedores, salvándose sólo 30 galeras turcas. Se frenó así el expansionismo turco por el Mediterráneo occidental. En esta batalla participó Miguel de Cervantes, que resultó herido, sufriendo la pérdida de movilidad de su mano izquierda, lo que valió el sobrenombre de «manco de Lepanto».

La Liga Santa: La armada aliada estuvo al mando de don Juan de Austria, secundado en la armada española por Álvaro de Bazán, Luis de Requesens y Juan Andrea Doria, mientras que la veneciana iba capitaneada por Sebastián Veniero y la pontificia por Marco Antonio Colonna. Entre todos reunían más de 200 galeras, 6 galeazas y otras naves auxiliares. La escuadra turca —al mando de Alí Bajá (señor de Argel y gran marino a las órdenes del sultán turco Selim II) — contaba con 260 galeras. Ante el fracaso de esta expedición, Pío V reúne a plenipotenciarios españoles y venecianos para tratar de tomar medidas efectivas contra la expansión turca por el Mediterráneo. Las discusiones se centran sobre las misiones de la Liga y la duración de la concentración de fuerzas, con posturas encontradas entre venecianos y españoles. Los primeros quieren restringir su ámbito al Mediterráneo Oriental, mientras que los españoles quieren incluir las costas del norte de África. Gracias al empeño personal del papa, el 24 de mayo de 1571 se llega a una solución de compromiso: La duración será ilimitada. Una vez escogido el puerto de Mesina como punto de reunión de las escuadras, comienzan a llegar al mismo las diferentes escuadras.Los primeros son los venecianos, que llegan el 23 de julio y traen, por ahora, 48 galeras y cinco galeazas.Poco después arriban las 12 galeras del Papa bajo el mando de Colonna.Juan de Austria y Sancho de Leiva salen de Barcelona el 20 de julio con las galeras de España. Recalan en La Spezia para recoger tropas alemanas e italianas, y llegan a Nápoles el 9 de agosto, donde el 14 recibe Juan de Austria el estandarte y las insignias de la Liga Santa, diseñados por el Papa y en el que aparecen los símbolos de las tres naciones.




Arriban a Mesina el 23 de agosto.
Faltan por llegar las escuadras de
Álvaro de Bazán, Juan Andrea Doria, Juan de Cardona y 60 galeras venecianas. A primeros de septiembre ya está toda la flota reunida, y su composición es:
España:
90 galeras - 24 naves - 50 fragatas y bergantines - Venecia - 6 galeazas -106 galeras -2 naves -20 fragatas -Estados Pontificios -12 galeras -6 fragatas. Las galeazas eran los navíos más potentes gracias a su gran aportación artillera. Las galeras eran impulsadas por remeros profesionales o por «chusma», gente que había sido condenada, por cualquier delito, a este duro trabajo.Las piezas artilleras de toda la escuadra eran 1.250.
.
Pese a la gran cantidad de navíos reunidos, a Juan de Austria le preocupaba el mal estado de muchos de ellos, debido a que muchas de las galeras italianas se habían construido rápidamente y otras tenían los espolones desgastados o podridos a causa de sus largas esperas en los puertos de amarre. Pese a ello se decidió que podrían aguantar. A las 7 de la mañana las dos escuadras se divisan. En el lado cristiano, Barbarigo, al mando del cuerpo izquierdo, recibe órdenes de pegarse a la costa todo lo que le sea posible, para evitar que las galeras turcas lo sobrepasen y hagan una maniobra envolvente. El centro se coloca a su lado, pero el cuerpo derecho, al mando de Juan Andrea Doria, tarda en incorporarse a la formación, dejando un espacio libre entre el centro y el ala derecha.
Las galeazas, fuertemente armadas y artilladas, están situadas una milla por delante de la formación cristiana.
Los turcos tienen el viento en popa, pero, cuando están aproximándose, cambia el viento, lo que les obliga a emplear los remos.
Al llegar las primeras galeras turcas a la altura de las galeazas, éstas abrieron un nutrido fuego de artillería y fusilería, lo que hizo que algunas naves turcas empezasen a hacer
ciaboga. Alí aceleró su ritmo de boga, para así estar menos tiempo sometido al castigo, y los demás le imitaron.
.

.
En el centro, la capitana de Alí (la Sultana) embiste, proa con proa, a la de don Juan (la Real), dejando unidas a las dos embarcaciones en una plataforma de 110 metros. Al embicar con el golpe, recibe en su cubierta todo el fuego de artillería y fusilería de que es capaz la galera de don Juan, lo que le produce muchas bajas, repuestas inmediatamente desde otras galeras. Las galeras de Colonna, Veniero, el Duque de Parma y Urbino se ponen al costado de la de don Juan, con lo que se forma una piña de galeras cristianas y turcas en las que se lucha cuerpo a cuerpo. Álvaro de Bazán, con sus naves de socorro, interviene impidiendo que otras galeras turcas puedan unirse a esa piña, y envía 200 hombres de apoyo a la galera de don Juan. Cae rendida la galera capitana turca y los cristianos se apoderan de su estandarte. La lucha duró una hora y media. Con esto, el centro de la flota turca queda deshecho, al igual que antes su flanco derecho. Alí Baja fue abatido por siete disparos de arcabuz y un soldado de los Tercios, Andrés Becerra, descolgó el estandarte otomano y un galeote cortó la cabeza de Alí ofreciéndosela a Juan de Austria. Éste la despreció con gesto de asco y ordenó que la arrojase al mar.
En el ala izquierda turca, Uluch Alí ve que hay un hueco entre el centro y el ala izquierda cristianos, por lo que hace ademán de apartarse del centro turco, para que Juan Andrea Doria le siga y así aumentar la brecha. Cuando ve que ésta es suficiente, se lanza contra el costado derecho del centro cristiano, con sus 93 buques y la gente fresca, produciendo grandes daños a la capitana de
Malta, a 10 galeras venecianas, a dos del Papa y a otra de Saboya. Juan de Cardona acude con 8 galeras y el de Bazán con la escuadra de reserva, consiguiendo detener el ímpetu del ataque turco, que estuvo a punto de cambiar la suerte del combate.


Uluch Alí, viendo que todo el centro cristiano se dirige a atacarle y que las galeras de Doria están a punto de llegar, corta los remolques de las galeras que había apresado y consigue huir con 16 galeras. Juan de Austria sufrió una herida en un pie. Hasta la puesta del sol continúa el combate a base de escaramuzas entre galeras aisladas, y, al anunciarse mal tiempo, ordena don Juan reunirse y marchar con las presas al puerto de Petala.



Al día siguiente volvieron los cristianos al campo de batalla para recoger y auxiliar a los buques desmantelados y a los náufragos. Habian ganado la batalla.

Macrosiervos

Siguela aquí: http://microbitacora.blogspot.com/2009/06/las-cruzadas-catolicas.html


Share:

CiUDAD D DiOS


Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey; entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
-
Mirad: los reyes se aliaron para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterradosy huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor y dolores como de parto;
como un viento del desierto,que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre.
-
Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia: el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión, contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes, observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Éste es el Señor, nuestro Dios».
Él nos guiará por siempre jamás.

(Salmo 47)
-



.
Share:

CORAJE LAiCO..!!!

El deber de organizarse para evitar más protestantes


Haciendo memoria, el 8 de diciembre del 2005 se cumplió el cuadragésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Pero, ¿cuál fue el motivo principal que lo originó? El Concilio pasó por una primera fase, en la que la misma ambición de temas a tratar era prácticamente imposible de reducirlos a una unidad, sin embargo, poco a poco fue necesario abandonar ciertos temas y se buscó una unidad temática que guiara las reflexiones de este Concilio. Este intento por delimitar la intención del Concilio fue presidido por el Cardenal Suenens, quien afirma en 1962 que el principal propósito del Concilio debería ser mostrar a la Iglesia como luz de las naciones: Ecclesia lumen gentium¸ así, la Constitución sobre la Iglesia es el núcleo central de la obra del Concilio. Pero, ¿qué tiene que ver esto con nuestro tema sobre los seglares y laicos? Resulta que la afirmación central de la Lumen Gentium, es el laicado como centro de la vida cristiana y, por tanto, eclesial. Vayamos por partes.


El Concilio Vaticano II marca una nueva etapa en la visión de la Iglesia y en la teología del laicado. Los laicos son revalorados como sujetos centrales de la acción de la Iglesia en la sociedad y sujetos activos de la vida interna de la comunidad eclesial. En toda la historia de la Iglesia, no hubo concilio que hablara tanto y tan positivamente de los laicos. En principio, el Vaticano II buscó superar la orientación negativa (un laico es el que no es sacerdote ni religioso) y definir de forma positiva al laicado. La opción del concilio fue doble: por un lado, se antepuso un capítulo sobre el Pueblo de Dios y después un capítulo sobre la jerarquía en la Iglesia: lo laico precede a cualquier división de funciones ministeriales. Esta forma de elaborar estos escritos tiene sentido, el “Pueblo de Dios” somos todos los bautizados y por ende, todos, “sin importar si posteriormente formamos o no parte de la jerarquía” somos parte activa y esencial de la forma en como se constituye la Iglesia. Con esto se ponen las bases de una eclesiología de comunión, en la que todos somos participantes y todos responsables. La Iglesia es una comunidad de personas convocadas por Dios y que forman un pueblo: la Iglesia somos todos. Aqui les pongo la pagina principal de nuestra conferencia episcopal, un buen ejemplo de lo que significa el servicio sacerdotal: http://www.cev.org.ve/


Ahora bien, los laicos somos laicos en tanto que somos consagrados por el bautismo como “Pueblo de Dios”, es decir, somos incorporados por el bautismo a la vocación que, desde el Nuevo Testamento, es la esencia de todo aquel que se diga “seguidor de Cristo”: estar en el mundo e ir a todas la gente a predicar el Reino, vivir en el mundo, inmersos en las realidades temporales, pero entregados y consagrados a Dios desde ese mundo, a la manera de Jesús. De aquí que la “secularidad” (la “mundanidad”) sea la característica peculiar de los laicos, por medio de la cual el laico es definido positivamente (y ya no negativamente como en otras épocas) por su tarea de transformación y evangelización del mundo. Así, la vocación laical es el prototipo y la referencia de toda la vida cristiana, incluso el sacerdote y el religioso tiene que definirse respecto del laico. Así, desde una perspectiva teologal, lo que diferencia al laico del sacerdote o religioso no es algo que él no tiene, sino algo que deriva de la condición bautismal y que le convierte centro de toda visión de Iglesia.

Los sujetos por excelencia del sentido de la fe son los laicos “Oigan de buen grado a los laicos…” (PO, 9) pues en la medida en que son escuchados, aumenta la pluralidad interpretativa, en tanto multiformidad de carismas, y, con ello, la riqueza de percepción frente a los signos de los tiempos. De aquí que, siendo ellos sujetos de sentido en la fe, se promueva su libertad y campo de acción, así como la empresa de obras por su cuenta. Es decir, los laicos entendidos como “sujetos”, en su paso en el reconocimiento público de la Iglesia, son capaces de dar sentido a la vivencia de fe. Y si los laicos son los sujetos de sentido, se entiende no sólo como opcional, sino como necesaria la educación, la cultura, las ciencias, las artes producidas por los laicos, así como la necesaria y esencial formación de ellos como tarea central de la vida de la Iglesia, principalmente atendiendo a niños, inclinándose a adolescentes y jóvenes ( AA, 30): Aquí les pongo un ejemplo de lo que significa hoy ser laico compormetido: http://www.manantialdevida33.com/



Sacerdotes y Laicos
Dos lados de una misma moneda


Macrosiervos
-
Share:

Pensamiento

"Nos hiciste señor para ti, y nuestro corazón no estará tranquilo hasta que descanse en ti "

AXIOMA

"AMA A LA TIERRA SERAS TIERRA, AMA A DIOS SERAS DIOS"

Facebook

Seguidores

Total paginas vistas

Post Top Ad

LightBlog

Buscar este blog

Archivo del blog

Siguiendo

Traducir entradas

Recent News

Mi otro blog

Blog Archive