"Que entre los pobres me senti mejor porque no daƱan a su alredeor...
...por la fiebre perversa del oro" Dios.
Casado con una griega, fue el primer extranjero que mandĆ³ un regalo al santuario de delfos.
El reinado de Midas supone la mayor Ć©poca de esplendor de Frigia, que se expandiĆ³ al este, hasta la frontera con Urartu, ocupando una extensa zona de Asia Menor similar en situaciĆ³n y extenciĆ³n a la actual TurquĆa.
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Mantuvo relaciones comerciales con Asiria y Urartu, alcanzando una riqueza extraordinaria, que llamĆ³ la atenciĆ³n de los griegos, quienes le dedicaron un espacio en la mitologĆa. En la mitologĆa Griega, Midas era rey de Fringia, e hijo de Gordias. TanĆa una hija, Zoe.
Por su hospitalidad con Sileno, Dioniso le otorgĆ³ el poder de convertir en oro todo cuanto tocara. Viendo que no podĆa comer los alimentos que a su contacto quedaban transformados en dicho metal, pidiĆ³ al dios que le liberara de su don, para lo cual tuvo que baƱarse en el rĆo Pactolo, que desde entonces contuvo arenas aurĆferas
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El mito de los avaros
Cuando midas prefiriĆ³ la melodĆa de la flauta de pan a la de la lira de Apolo, este Ćŗltimo, dolido, le hizo crecer orejas de burro. Desde entonces Midas las ocultĆ³ bajo un sombrero pero un barbero se enterĆ³ de ello y, para librase del peso del secreto, confĆo a un agujero excavado en el suelo lo que sĆ³lo Ć©l conocĆa.
Cuando midas prefiriĆ³ la melodĆa de la flauta de pan a la de la lira de Apolo, este Ćŗltimo, dolido, le hizo crecer orejas de burro. Desde entonces Midas las ocultĆ³ bajo un sombrero pero un barbero se enterĆ³ de ello y, para librase del peso del secreto, confĆo a un agujero excavado en el suelo lo que sĆ³lo Ć©l conocĆa.
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Tras rellenarlo, se fue aliviando pero con el tiempo crecieron juncos en el lugar y el viento, al pasar a travĆ©s de ellos, dispersĆ³ el secreto por todo el mundo. Dos caracterĆsticas del vicio de la avaricia;
1.- La burla de quienes se dejan llevar por ella
2.- La mala fama que produce al rededor, cuando vemos a alguien buscando sin parar lo que no le traerĆ” ni amor, ni felicidad.
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El saco roto del avaro
El avaro tiene un saco roto... y no hay manera de llenarlo cuando se pretende llegar hasta un tope... buena lecciĆ³n para muchos hoy dĆa, entre mĆ”s y mĆ”s acumulan, mĆ”s y mĆ”s vacĆos estĆ”n y asĆ se sentirĆ”n por toda la eternidad de no buscar pronto, la cura al dedo busca oro...
Bue, no hay para donde agarrar una vez que se sabe la moraleja de un relato infantil, ¿Saben algo? Para eso son los cuentos... para evitar que la avaricia, la codicia, la soberbia y demĆ”s se apoderen de tu vida y de tu sociedad...
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Pero que los bautizados fueran los primeros en pelear por real, muchachas listas para irse con el primer millonario que jamas aparecerĆ” sin el debido trabajo de toda una vida, un midas a la medida, esa locura piden muchas almas en pena por allĆ... ¡Reflexiona!
Son mitos urbanos y de pueblos, novelas marimar y demĆ”s... que ayudan a desvirtuar o en vestir al truhĆ”n en una especie de hĆ©roe, oka... en vez de verlo como es, un ente malo, un personaje destructor de vida, lo muestran como el prĆncipe azul (que jamas llega) sacando del rancho a la princesa (que jamas crece).
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Ya ni siquiera es un cuento hijos de la luz... es muy real, el norte esta sin comida espiritual, anĆmica o emocional real... todo es dinero, todo es oro, todo es falso, todo es hambre de Dios...
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Ahora, ¿Cuanto tiempo hace falta para que este "rey" se de cuenta de que esta perdiĆ©ndolo todo, naturaleza, vida, alegrĆa, amigos, vecinos. aliados, etc.. por precisamente sacar patentes (dedo de oro) a todo lo que ven en el planeta, sin ver que esta matando la variedad corriendo el riesgo de quedarse solo y sin alimentos en el Ćŗnico planeta con vida conocida hasta la fecha...
Si algo debe aprender la humanidad, es a echar un cuento...
A veces hasta toca tomar una copĆtas con los adultos y ayudarles a recordar esos dĆas de infancia y sus anecdĆ³ticas enseƱanzas propias de la edad.
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Dejar la necedad de burlar a los demƔs, por la falta de madurez interior, y encontrar la forma de llegar a la edad fisica, con la mente tambien.
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Si la humanidad pretende madurar y llegar a la edad del cristal, (como le dicen algunos) debe pues dejar de romper la vajilla escondiendo la mano y ayudarnos a todos a pasar el umbral del siglo XX con feliz final. Pues la vida de cada uno es un aprendizaje como los de los cuentos, y para leerlos con gusto, primero debemos saber leer los cuentos, luego escribir los nuestros y seguidamente saber ver en los hechos las moralejas propias y asĆ aprender a vivir segĆŗn la sabiduria divina... saludos...
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