La Negación de la Sabiduría es negación de Jesús
La quema de libros es la práctica, generalmente promovida por autoridades políticas o religiosas, de destruir libros u otro material escrito; está vinculada al fanatismo ideológico y suele acompañar a muchos conflictos bélicos. La práctica es generalmente pública y está motivada por objeciones morales, políticas o religiosas, al material publicado. En tiempos modernos, otras formas de almacenamiento de información, como grabaciones, discos de vinilo, CDs, videocasetes y páginas de internet, se han incluido dentro de esta práctica.
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"Y con Él crucificaron dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda de Él. Y fue cumplida la Escritura que dice: Y fue contado entre los inicuos. Uno de los malhechores le insultaba diciendo: ¿No eres Tú el Mesías? Sálvate a Ti mismo y a nosotros. Mas el otro, respondiendo, le reconvenía diciendo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Nosotros, la verdad, lo estamos justamente, pues recibimos el justo pago de lo que hicimos; mas Éste nada ha hecho; y decía a Jesús Acuérdate de mí cuando vinieres en la gloria de tu realeza. Díjole: En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el Paraíso" San Dimas era el nombre de ese sinverguenza que antes de morir no hizo otra cosa distinta que la que hizo en toda su vida... se robo el corazón de nuestro Dios...
Una institución cuya razón de ser era la lucha «haereticam pravitatem», debe perdón como el buen ladron para separarnos de personas ladronas que quemaban libros desde otro punto de vista historico y terrible como el Tercer Reich ...
Es la última cuenta regresiva (2)
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Y la absolución de Cristo, cae espléndida como siempre sobre la confesión valiente: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso".
Tal había sido la contrición de aquel hombre de tanta historia negra anterior, que no necesita nueva purificación en la otra vida; y Cristo le concede aquel mismo día la felicidad eterna, pues la Iglesia de hoy, ladrona de la cuarta republica (así se le dice al periodo antes de asumir la izquierda) que tenia en su poder la democracia cristiana demócrata y lo que hizo fue robar (que a nadie se le pase esto por alto) debe ahora pedir perdón para ver como hacemos para traer de vuelta a la palestra publica los derechos irrenunciables que tiene Dios sobre su planeta caramba...!
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No los libros que el gobierno considere subversivos, sino todos los libros. En la distopía de Bradbury, el Estado ha prohibido su posesión para asegurar la felicidad e igualdad de los ciudadanos: la lectura diferencia a los hombres (en vez de igualarlos); les llena de angustia, de dudas, cuestionamientos y les impide rendir al máximo en sus labores. Preguntar y dudar son comportamientos considerados antisociales en el mundo de Fahrenheit 451.
Crítica a los regímenes totalitarios enemigos de la independencia de pensamiento, alusión directa a la quema de libros en la Alemania nazi y metáfora del mccarthismo, la historia de Bradbury fue al mismo tiempo un programa de la sociedad contemporánea, cuasi iletrada y obnubilada junto a un medio todopoderoso y omnipresente: la televisión.
Hace muchos años, en la Cuba del Período Especial, la gente solía mecanografiar copias de los libros que no circulaban en la isla. Las copias mecanografiadas, en papel reciclado, pasaban de mano en mano hasta que literalmente se deshacían. Leí La Broma, de Milan Kundera, en una de aquellas copias. Alguna vez tuve en mis manos una copia mecanografiada de Fahrenheit 451. Quizas a Bradbury le habría gustado saber que los cubanos copiaban a máquina su novela, tal y como él la escribió para luego quemarla... (Patético)
Es la última cuenta regresiva...
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"Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor: "Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza". .
El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio.
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No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día,
ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.
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“Sólo el abandono de sí mismos, sólo en el don desinteresado del yo a favor del tú, sólo en el “sí” a la vida más grande, propia de Dios, también nuestra vida llega a ser amplia y grande”, añadió.
La Cruz por tanto revela el misterio del amor, pues éste “significa abandonarse a sí mismos, donarse, no querer poseerse a sí mismos, sino ser libres de sí mismos: no replegarse sobre sí mismos – qué será de mí –, sino mirar adelante, hacia el otro – hacia Dios y hacia los hombres que Él me envía”.
Esta verdad no debe verse como algo abstracto, explicó, sino que “en la realidad concreta, no se trata simplemente de reconocer un principio, sino de vivir su verdad, la verdad de la cruz y de la resurrección”.
“El gran “sí” del momento decisivo en nuestra vida – el “sí” a la verdad que el Señor nos pone delante – debe ser después cotidianamente reconquistado en las situaciones de todos los días, en las que, siempre de nuevo, debemos abandonar nuestro yo, ponernos a disposición, cuando en el fondo querríamos en cambio agarrarnos a nuestro yo”, añadió.
A una vida recta, afirmó el Papa, “le pertenece también el sacrificio, la renuncia. Quien promete una vida sin este siempre nuevo don de sí, engaña a la gente. No existe una vida lograda sin sacrificio”. Aceptar, por tanto, la cruz en la propia vida, explicó Benedicto XVI a los jóvenes, supone que “la gloria de Dios, su señorío, su voluntad es siempre más verdadera que mi pensamiento y mi voluntad”.
La oración consiste por tanto en “aprender este orden justo de la realidad, aceptarlo íntimamente; confiar en Dios y creer que Él está haciendo lo justo; que su voluntad es la verdad y el amor; que mi vida llega a ser buena si aprendo a adherirme a este orden”. “La vida, muerte y resurrección de Jesús son para nosotros la garantía de que podemos verdaderamente fiarnos de Dios. Es de esta forma como se realiza su Reino”.
Este signo de la cruz, añadió el Papa a los jóvenes, “va de camino de un lado al otro del mundo, de mar a mar. Y nosotros la acompañamos. Progresamos con ella en el camino y encontramos así nuestro camino”.
“Cuando tocamos la Cruz, es mas, cuando la llevamos, tocamos el misterio de Dios, el misterio de Jesucristo”, añadió, pero “también la ley fundamental, la norma constitutiva de nuestra vida, es decir, el hecho de que sin el “sí” a la Cruz, sin caminar en comunión con Cristo día a día, la vida no puede salir bien”.
“Quien quiere reservar su vida para sí mismo, la pierde. Quien entrega su vida -cotidianamente, en los pequeños gestos que forman parte de la gran decisión- éste la encuentra. Esta es la verdad exigente, pero también profundamente bella y liberadora, en la que queremos entrar paso a paso durante el camino de la Cruz a través de los continentes”, concluyó. Como ven habla de dar su vida, (con profesión incluida) a Dios, en vez de solo andar por ahí dando brincos en la juventud para no verles la cara en la iglesia nunca más por aquello de "vivir mi vida personal..." ¿Entiendes ahora el llamado del siglo XXI...? Es el mismo de siempre solo que preparados para los nuevos areópagos que nos tocan... Ya no somos cristianos-monjes, ahora somos cristianos-Laicos. Los mojes reaparecerán luego de una manera más santa...
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Solo con el saber Divino podremos lograr una sana utopía social,
y pasar esta ciudad distópica y llegar a ver...
MACROSIERVOS